Es muy común que llueva con ganas en la Amazonía del Perú, pero no lo es tanto del lado del Pacífico, donde el clima es mucho más seco debido a la dirección predominante de los vientos y a la corriente fría de Humboldt. Sin embargo en ocasiones algunos sistemas meteorológicos son capaces de atraer humedad desde la franja del Pacífico ecuatorial y hacerla ascender por las laderas empinadas de los Andes, donde inexorablemente se precipita en forma de lluvia o nieve, según la altura que alcance y la época del año. Estas lluvias pueden ocurrir en intervalos de tiempo corto y ser muy intensas, como las que ocurrieron en Lima los días 22 y 23 de marzo. Por otro lado la morfología de la cordillera de los Andes hace que sus laderas sean más pronunciadas hacia el Pacífico que hacia el interior del continente. Además la distancia que va desde el océano hasta el parteaguas principal de la cordillera es muy corta. Todo lo anterior provoca que las cuencas hidrográficas que drenan al Pacífico sean de área muy reducida y de fuerte pendiente. Si a esto le sumamos la ocurrencia de lluvias intensas, entonces ya están los principales ingredientes para desencadenar mortales deslizamientos de tierra (huaycos), que van desde corrientes de fango hasta derrumbes de bloques de más de 10 metros.
Figura 1.- Imagen satelital de Google Earth de la zona de Chosica. Note el área extremadamente reducida, de la cuenca que drena directamente al poblado. Observe además el río Rimac que es la corriente principal en este caso, al que alimentan las estrechas cañadas que resaltan en la imagen.
Pero desgraciadamente en el caso de Chosica como en muchas otras partes del Perú y el resto del mundo, la pendiente topográfica, el área de la cuenca y la intensidad de la lluvia, no son los únicos factores que se reunen para provocar el desastre. Si en esas cañadas y en las riberas de los ríos no se hicieran construcciones, no habría desastres que lamentar. La urbanización descontrolada y no planificada, lleva a la gente a construir justo donde lo más probable, es que muera por una inundación o un deslizamiento de tierra. Y no solo está el hecho de que se establecen en la zona de peligro, lo cual los hace vulnerables, sino además que las mismas costrucciones, impermeabilizan el terreno, lo cual hace más probable la inundación. Y por si fuera poco, para construir y para otras cosas, también se talan los árboles que sirven de sosten a los esqueléticos suelos de las regiones pendiente abrupta y que además, ayudan a retener el agua de lluvia evitando que escurra de manera violenta. Esta suma de elementos naturales y antrópicos solo puede dar como resultado el que ahora está en los principales períodicos locales y regionales; el desastre de Chosica y también de otras zonas del Perú del lado del Pacífico.
Figura 2.- El día 22 de marzo se formaron intensos nucleos convectivos en los Andes peruanos, del lado del Pacífico, debido a una baja en los niveles altos de la tropósfera, que también provocó severas inundaciones en Chile. Note el brote convectivo en la parte alta de la cuenca del río Rimac.
Figura 3.- El 23 de marzo la convección se focalizó en el área que drena a Chosica, activando todas las cañadas ya humedecidas por las lluvias anteriores, lo cual favoreció el deslizamiento.
Figura 4.- El deslizamiento en Chosica, bloqueó parcialmente el cauce del río Rimac, incrementando sus niveles hasta inundar toda la terraza fluvial adyacente arrastrando casas y vehículos.
Figura 5.- Vehículos parcialmente sepultados por las corrientes de escombros en varias zonas andinas del Perú.
Figura 6.- No solo en Chosica hubo deslizamientos, en Huánuco, más al norte, se derrumbaron gigantezcos bloques, que provocaron el cierre de carreteras.
Figura 7.- Hidrograma de la estación hidrológica de Chosica, que muestra el caudal del río Rimac. Observe el máximo de fines de marzo, como consecuencia de las intensas lluvias de la última decena del mes, en la cuenca del río.
Lamentablemente es de esperar que situaciones como esta se repitan y cada vez con más frecuencia, en un mundo donde el crecimiento urbano es completamente caótico y donde el calentamiento global, que incorpora más vapor de agua a la atmósfera, hace que las precipitaciones ocurran cada vez con mayor intensidad. Por otra parte y como mala noticia para el Perú en particular, un evento El Niño está en desarrollo, el cual tiene la costumbre de hacer caer más lluvia donde por lo general no llueve. Regresaré con un nuevo post muy pronto. Hasta entonces.
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