jueves, 15 de octubre de 2015

¿Más de 10 000 muertos por los incendios en Indonesia?

La mayor parte de las islas del archipiélago de Indonesia están en llamas. Los incendios en lo que va de 2015, se han convertido en el desastre ´´natural´´ relacionado con el tiempo y/o el clima (recuerde que tiempo y clima NO son lo mismo), más caro en la historia de ese país. El Centro Internacional para la Investigación de los Bosques, estima que el fuego y el humo resultante, tendrán un costo que pudiera superar los 14 mil millones de dólares, en pérdidas agrícolas, efectos en la salud de las personas, turismo y transporte, entre otros. Probablemente más de 10 000 adultos hayan muerto, como consecuencia indirecta de la contaminación atmosférica ocasionada por los incendios, a juzgar por un estudio (Marlier et al., 2013), donde se estimó que durante El Niño de 1997, los efectos de los incendios en el sudeste de Asia, podrían haber causado más de 10 800 muertes adicionales, en términos de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Los incendios de 2015 están poniendo una cantidad de humo en el aire, comparable con los de 1997. Estas muertes pudieran incluso estar subestimadas, considerando otros rangos de edad de la población susceptibles a esas enfermedades, así como el tiempo de exposición y muchas otras variables.

Figura 1.- La isla Borneo, una de las más grandes de Indonesia, envuelta en una espesa nube de humo, sobre todo en su porción sur, vista por el satélite Aqua de la NASA, el 14 de octubre de 2015.

Uno de los responsables naturales de estos incendios es El Niño 2015, que se ha convertido en uno de los más fuertes desde que se mantienen registros. ¿Cómo puede El Niño, promover estos incendios? En el Pacífico ecuatorial, la llamada Circulación de Walker, durante condiciones neutrales (ausencia del Niño o La Niña), se manifiesta en una subsidencia de aire cerca de Sudamérica y por lo tanto una menor cantidad de tormentas y lluvias. En Cambio el monzón de verano se mueve de un hemisferio a otro entre Asia y Australia, dejando abundantes precipitaciones en Indonesia que se encuentra a medio camino entre ambos continentes. Durante El Niño, las aguas más cálidas promueven el ascenso de aire generando más tormentas y lluvias en la parte del Pacífico próxima a Sudamérica y el monzón se debilita del lado de Indonesia, con cantidades de lluvia muy inferiores al promedio a largo plazo. Esto genera una tremenda sequía y promueve el desarrollo de los incendios. No obstante, se necesita algo que encienda el fuego y con menor cantidad de tormentas, hay menos rayos para provocarlos. La gente, sin embargo, continúa con la costumbre de quemar para deforestar tierras, que luego destinan a la agricultura, queman también los pastizales y algunos cultivos con la supuesta idea de que aportará fertilidad al suelo. Muy por el contrario, estos fuegos arden fuera de control y como en Indonesia predominan las turberas, el fuego ni siquiera arde en la superficie, sino a gran profundidad donde es muy difícil contenerlo. No se obervan llamas, sin embargo el humo brota de la tierra y al ser una combustión incompleta, emite grandes cantidades de Monóxido de Carbono, altamente tóxico. 

Figura 2.- Circulación de Walker, durante condiciones neutrales en el Pacífico ecuatorial. Fuente: NOAA.


Figura 3.- Circulación de Walker, durante condiciones neutrales en el Pacífico ecuatorial. Fuente: NOAA.

Los gobiernos aún no han entendido que se necesita en primer lugar concientizar a la población, de que las prácticas de quemas agrícolas, son completamente inadecuadas y aún más cuando un país atraviesa una situación de sequía. Por otro lado el impacto económico, ambiental y humano de estos incendios, está muy por encima de cualquier posible beneficio que pueda alegarse en relación con el fuego y los impactos no son sólo locales, sino además regionales y globales. Finalmente, se necesita legislar, no basta con educar, es necesario imponer multas y hasta penas de cárcel para evitar este tipo de tragedias, donde los factores naturales son deliberadamente exacerbados por causas humanas. Además de agricultores, también existen pirómanos y es necesario ver estos elementos como un serio peligro para la sociedad y el medio ambiente y juzgarlos como tal.

Figura 4.- El presidente de Indonesia Joko Widodo, inspecciona una turbera consumida por el fuego durante semanas en la isla de Borneo. Se observa (más evidente al fondo de la imagen), que una ligera calima (humo) cubre la superficie, indicio de que aún arde la turba.

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