martes, 5 de mayo de 2015

La Vaguada Mayo-Junio

Durante los meses de mayo y junio, coincidiendo con el inicio del período lluvioso, es común la aparición de una vaguada en los niveles medios de la tropósfera que ejerce una notable influencia en el estado del tiempo sobre Cuba. Este sistema denominado La Vaguada Mayo-Junio, se conoce desde hace tiempo de manera empírica por los especialistas del tiempo en nuestro país. Sin embargo hasta hace poco no se contaba con estudios que abordaran la temática en su profundidad, pese a la importancia que tiene este sistema como elemento generador de abundantes lluvias, que favorecen la recuperación de las reservas de agua, tras el período de seca que abarca desde noviembre hasta abril.

Figura 1.- Mapa promedio de geopotencial en el nivel de 500 mb para el mes de mayo. Note la presencia de una vaguada de onda larga, con el eje sobre la región occidental de Cuba.
 
La vaguada estacional
Según Herrera (2010), se considera que la Vaguada Mayo-Junio está presente cuando en el mapa promedio de geopotencial en 500 mb para el mes dado, se observa una vaguada que afecta al menos una parte del territorio cubano. Este fenómeno por la escala de tiempo en que se define tiene carácter climático y no meteorológico, perteneciendo a este último las vaguadas y otros sistemas que existen por uno o varios días y que contribuyen a la conformación de una estructura de vaguada en el mapa mensual. Desde el punto de vista espacial la Vaguada Mayo-Junio es un sistema de escala sinóptica. 

Estructura de La Vaguada Mayo-Junio
La Vaguada Mayo-Junio se caracteriza por estar representada en la mayoría de los casos solo en los niveles medios de la troposfera. En ocasiones tiene representación en el nivel de los 700 mb, o más arriba en el nivel de 300 mb. Sin embargo casi siempre en los niveles bajos se localiza una dorsal del anticiclón del Atlántico norte en el lugar donde se encuentra la vaguada en los 500 mb. En los niveles superiores la vaguada se amortigua y prácticamente desaparece, dando lugar a una configuración cuasi zonal del campo de isohipsas.

Patrones de influencia
En el análisis de los mapas correspondientes a la serie (1959-2008) escogida por Herrera para su estudio, se encontró que la vaguada apareció siempre bajo tres patrones específicos; ellos son: patrón de onda larga, patrón de collado y patrón de onda corta. Los patrones más frecuentes son el collado y la onda larga en ese orden. La probabilidad de afectación de la vaguada es mayor en junio con un 50 % frente al 42 % de mayo. El patrón más común durante el sexto mes del año es el collado, que por lo general se ubica en el sudeste del Golfo de México.

Sistema que incentiva la lluvia 
Cuando el sector de vaguada de la onda de presión afecta al territorio cubano, la mayor parte del país se encuentra por término medio bajo un régimen de vientos del suroeste y el oeste-suroeste algo fuertes en los niveles medios de la troposfera, acarreando condiciones favorables para la lluvia en mayor o menor grado, según el comportamiento de otras importantes variables meteorológicas como la humedad relativa y el gradiente vertical de temperatura. Por lo general el anticiclón del Atlántico impone en esta época del año vientos del sudeste en superficie sobre gran parte de Cuba, los cuales van girando al sur y el suroeste con la altura ante la presencia del trough (vaguada) en niveles medios. Estos vientos aportan la humedad suficiente y una energía convectiva potencial que se libera en forma de chubascos y lluvias.

Las precipitaciones superaron la media histórica mensual en 39 de 46 casos en que estuvo presente la vaguada, para un 85 % mientras que de 54 casos que no hubo vaguada, 50 resultaron meses con lluvias inferiores a la media histórica, para un 93 %. En promedio, para el patrón de collado las anomalías en el ritmo de la lluvia reflejan un marcado aumento de las precipitaciones en la región occidental de Cuba y la Península de la Florida. De manera similar ocurre con el patrón de onda corta mientras que con la onda larga las anomalías son positivas en la parte central y oriental del archipiélago cubano. La esencia de esto fue identificada hace tiempo por el reconocido meteorólogo Herbert Riehl quien expresó en su obra “Climates and weather in the tropics” en 1979, que los máximos estacionales de la lluvia en el trópico se encuentran asociados a la penetración de profundas vaguadas en los oestes en la zona tropical. 

Figura 2.- Mapa promedio del patrón de collado y la distribución espacial de las anomalías en el ritmo de la lluvia.

Las tormentas locales severas (TLS)
Las TLS ocurren en Cuba en cualquier época del año, pero puede identificarse una temporada en que son particularmente frecuentes y que abarca los meses desde marzo hasta septiembre, correspondiendo el máximo de posibilidades al mes de mayo. (Lecha et al, 1994).

Massola (2006) en “Estudio sinóptico de tornados moderados e intensos ocurridos en Cuba”, define una serie de patrones sinópticos favorables para la ocurrencia de tornados en el país, de los cuales el patrón D lo determina la presencia de La Vaguada Mayo-Junio. Aunque no hace referencia a detalles específicos de la vaguada, de manera general describe el dominio del anticiclón del Atlántico norte en el nivel de superficie que es remplazado por la configuración de una profunda vaguada de onda larga en el nivel de los 500 mb extendida al suroeste desde el Atlántico y el este de los Estados Unidos hasta la porción sur del Golfo de México. Indica que este sistema es productor de extensas áreas de nublados y gran inestabilidad sobre Cuba.

Al presentar un gráfico de la frecuencia mensual de ocurrencia de tornados en el país, Massola expresa en su trabajo que los mayores valores de frecuencia corresponden a los meses de mayo y junio debido a la vaguada estacional pero no explica qué condiciones de la atmósfera asociadas al trough pueden inducir la tornadogénesis.

Una vaguada en los 500 mb combinada con otros factores de escala sinóptica y de mesoescala favorece la ocurrencia de tormentas severas por lo general del tipo multicelda en Cuba. Se conoce que en esta época del año el flujo en superficie es por término medio del sudeste debido a la influencia del anticiclón de las Azores que extiende su dorsal sobre Cuba y las Bahamas. Con la altura la dorsal aparece más retraída hacia el océano por lo que el viento al nivel de 850 mb es ya del sudeste al sur y en 700 mb entre el sur y el sur-suroeste. La vaguada que se localiza en los 500 mb provocará vientos del suroeste a ese nivel (suponiendo la posición ideal en el sudeste del Golfo de México) y a una altura mayor el amortiguamiento del trough inclina el viento más hacia el oeste. La velocidad es pequeña en superficie y se incrementa con la altura pero sin alcanzar los valores típicos de latitudes medias, así que este perfil se parece al que corresponde con tormentas de multicelda.

Existen numerosos casos que podrían analizarse pero si hay uno que se parece mucho a la situación antes descrita, ocurrió el 23 de mayo de 2006. González, N. (2009) describe de forma somera el evento que se produjo una semana antes, el 16 de mayo pero no explica por qué la vaguada induce la severidad ni que condiciones son necesarias para esta se produzca. El 23 de mayo de 2006 una tormenta de multicelda afectó La Habana con acumulados de lluvia de alrededor de 195 mm en dos horas en algunas áreas del centro de la ciudad, lo que dió lugar a inundaciones súbitas y casi una decena de muertos. 

La vaguada y la ciclogénesis tropical 
Se conoce que el sector derecho de una vaguada de los oestes se caracteriza por una fuerte corriente del suroeste que proporciona un ambiente de alta cizalladura vertical del viento. Como ya se ha visto esto resulta favorable para producir fuertes tormentas sobre tierra pero es todo lo contrario para permitir el desarrollo de un ciclón tropical. La Vaguada Mayo-Junio es un trough de los oestes y por consiguiente desde el punto de vista dinámico es un elemento inhibidor de la actividad ciclónica tropical.

Bajo determinadas condiciones, en especial cuando la vaguada se encuentra en proceso de amortiguamiento, la cizalladura se reduce a valores marginalmente favorables para el desarrollo ciclónico tropical. Estos valores pueden ser del rango moderado (15-20 Kt) y si la convección residual del sector derecho de la vaguada, se activa en forma de grandes conglomerados sobre aguas con una temperatura adecuada, entonces el disturbio puede derivar en una depresión tropical. La intensificación de estos sistemas no es muy acentuada debido a que el valor de la cizalladura no es del todo favorable y el mar aún no acumula el calor suficiente.

Referencias
González, N. (2009): La Vaguada Mayo-Junio. Sus efectos en el estado del tiempo sobre las provincias habaneras. Trabajo de Curso, Facultad de Geografía, Universidad de La Habana, pp 16, 24, 49.

Herrera, A. A. (2010): Comportamiento espacio-temporal de La Vaguada Mayo-Junio y su relación con las precipitaciones en el inicio del período lluvioso en Cuba. Trabajo de Diploma, Facultad de Geografía, Universidad de La Habana, pp 1, 16, 17, 27, 31, 43, 46, 52, 56, 68, 69.

Lecha, B. L., Paz, R. L. y Lapinel, B (1994): El clima de Cuba. Editorial Academia. La Habana, pp 30, 32, 145, 151.

Massola, S. (2006): Estudio sinóptico de tornados moderados e intensos ocurridos en Cuba. Trabajo de curso, tercer año. Universidad de La Habana, Facultad de Geografía, Cuba, pp 17, 22.

Riehl H. (1979): Climate and weather in the tropics. Academic Press, San Francisco.


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