Tal vez aquellos que solo miren el título de este post, piensen que he perdido la razón y que creo que los Grandes Lagos que comparten Estados Unidos y Canadá, tan conocidos por todos, pronto irán a desaparecer. Pues no hablo precisamente de esos lagos; me refiero a otros de los mayores lagos que ha tenido el planeta, coexistiendo con los humanos primero y sirviéndoles de sustento en muchos casos y ahora, desapareciendo a la velocidad de un relámpago, mientras se expanden las ciudades, las tierras agrícolas y crece el número total de personas en el mundo.
Para no hacer demasiado largo este comentario, solo me centraré en algunos de los ejemplos más dramáticos y comenzaré por México. Justo donde ahora está buena parte del centro de esta ciudad, hace no mucho tiempo, hubo un gran lago; el lago Texcoco.
Figura 1.- Reconstrucción gráfica de lo que fuera el lago Texcoco, dividido a la vez en varios otros lagos, cada uno con características propias.
Voy a citar un párrafo de un artículo de Antonio Toriz que leí recientemente y creo que resume la esencia de lo que ocurrió con el lago. ''Nezahualcóyotl, señor de Texcoco,... (dirigió) la construcción de un muro de madera, piedra y barro, una presa tres veces más larga que la ciudad (Tenochtitlán), (con) sus 16 kilómetros dotados de compuertas... Desde entonces dio inicio una lucha a muerte entre la metrópoli y el lago. En Visión de Anáhuac, el filósofo Alfonso Reyes escribió: “Abarca la desecación del valle desde el año de 1449 hasta 1900. Tres razas han trabajado en ella y casi tres civilizaciones… De Nezahualcóyotl al segundo Luis de Velasco, y de éste a Porfirio Díaz, parece correr la consigna de secar la tierra”. Finalmente, la tierra fue secada. Pero en 1888, mientras el ingeniero Roberto Gayol estudiaba la construcción de un nuevo sistema de alcantarillado, un error en los planos llamó su atención: muchas de las principales tuberías se encontraban 50 centímetros por debajo de su diseño de construcción original. El lago de Texcoco había muerto, pero la Ciudad de México se hundía en su fantasma, como en aguas invisibles.''
Figura 2.- La ciudad de México D.F. actualmente sobre la depresión lacustre que ocupaba el lago Texcoco y más allá, hacia los cerros que la rodean y poco a poco van siendo asimilados por la incontenible trama urbana.
El segundo caso en la lista sería el del Mar Aral. La presencia militar rusa en el mar Aral comenzó en 1847 con la fundación de Raimsk, que pronto pasó a llamarse Aralsk cerca de la desembocadura del río Sir Daria. Después, la Marina Imperial Rusa empezó a desplegar sus buques en el lago. Debido a que la cuenca del
Aral no tiene conexión con el océano, los buques debieron ser
desmontados en Oremburgo junto a los Urales y enviados por tierra a Aralsk para ser reensamblados.
Figura 3.- Así se veía el mapa del lago Aral cuando los buques de la Armada Rusa navegaban en sus aguas.
Tras los trasvases de agua realizados por la antigua Unión Soviética en la década de 1960, de los ríos Amu Daría y Sir Daría que en él desembocan, el lago se redujo de manera drástica. Se pretendía desviar agua para regar cultivos en Uzbekistán y
Kazajistán, principalmente de algodón. Tras la caída de la URSS, la falta de entendimiento entre los países que fueron antiguas Repúblicas Soviéticas, ha impedido que se detenga esta
reducción constante, pues Kazajistán y Uzbekistán que se reparten lo que
queda del Aral, están enfrentadas con Kirguizistán y Tayikistán,
repúblicas por donde fluyen los ríos que alimentaban el otrora inmenso lago.
Además, como resultado de pruebas armamentísticas, proyectos industriales y vertidos de residuos y fertilizantes, lo que queda del lago, presenta severos problemas de contaminación.
Ya entrando el siglo XXI, el lago se había reducido a 3 lóbulos principales, uno al este, otro al oeste y el del norte. Para preservar el lóbulo norte se construyeron presas, pero de esa forma quedó aislado del resto y el lóbulo oriental ya se ha secado prácticamente por completo. El lóbulo occidental privado de todo suministro de agua que no provenga del cielo, terminará corriendo la misma suerte.
Figura 4.- El 22 de Agosto de 1964, un satélite espía capturó esta imagen del Mar de Aral, cuando aún seguía siendo uno de los mayores lagos del mundo.
Figura 5.- Dos imágenes que muestran el drama de la desaparición del lago Aral. En 1989 a la izquierda, ya se notaban los primeros síntomas de la depauperación del lago, quedando emergida parte del fondo que serviría luego de límite entre el lóbulo occidental y el oriental. La imagen de la derecha, tomada en 2014, muestra más del 90 % de la superficie del antiguo lago en forma de sedimentos secos, constantemente levantados y transportados por el viento, acarreando nuevos problemas ambientales a los territorios adyacentes y aún a otros más lejanos.
El tercer caso de análisis obligado sería el lago Chad en África, pero sobre ese en particular ya tuve un post con todo detalle, que pueden consultar en el siguiente link.
Por lo tanto solo voy a presentar aquí una secuencia de imágenes, que creo que resume en buena medida la situación de este lago, que al igual que el Aral, una vez, no hace más de medio siglo, fue uno de los mayores lagos de la Tierra en los tiempos modernos. Las causas de su desecación, son prácticamente las mismas que convirtieron al Aral en un paisaje estéril.
Figura 6.- Secuencia de imágenes Landsat, donde se observa con todo detalle el proceso de desecación del lago Chad, desde 1973 hasta el 2001. Para más detalles de este lago en particular, consulte mi post http://consultorageomet.blogspot.mx/2015/03/la-muerte-del-lago-chad.html
Quiero terminar comentando que esta es una problemática global y no solo de los mayores lagos del planeta. Cada año se rellenan decenas de lagunas costeras en todo el mundo, se construyen presas en ríos que desembocan en lagos, privándolos de su fuente principal de suministro de agua. Los problemas de contaminación, están entre los más graves que afectan a estos cuerpos acuáticos, que aunque de manera general tienen una tendencia natural al asolve, como siempre, los humanos nos encargamos de acelerar todos los cambios que la naturaleza se toma su tiempo en llevar a cabo. Nuestro peor error consiste en creer que lo haremos mejor que la naturaleza y aún no aprender que cada vez que metemos la pata, ya nada volverá a ser como antes.
Figura 7.- El lago Razazza en Irak de 1995 a 2013. Al igual que sus hermanos mayores, el Aral y el Chad; el lago Razazza va a paso veloz, camino a su desaparición.
Figura 8.- La desecación del lago Mar Chiquita en Argentina. La sal se acumula en los antiguos espacios cubiertos por las aguas. De 1998 a 2011 solo van 13 años, eso es una mil millonésima, por decir algo, del tiempo geológico. Los cambios que estamos produciendo en el planeta ocurren a velocidades tales, que en lo que dura una vida humana, podemos alterar lo que la naturaleza haría a su propio ritmo y con toda seguridad con mejores resultados.
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