Un tránsito de Venus es un evento astronómico que sucede
cuando ese planeta pasa directamente entre el Sol y la Tierra; este hecho es
análogo a los eclipses solares causados por la Luna, pero la distancia y el tamaño aparente de
Venus, hacen que este solo pueda verse como un pequeño punto negro que
atraviesa la cara visible del Sol, durante un tiempo de entre 5 y 8 horas.
Los tránsitos de Venus captaron por primera vez la atención
mundial en el siglo XVIII. En aquellos días, el tamaño del sistema solar fue
uno de los mayores misterios de la ciencia. La distancia relativa de los
planetas era conocida, pero no sus distancias absolutas. ¿Cuántas millas usted
tiene que viajar para llegar a otro mundo? La respuesta fue tan misteriosa
entonces como la naturaleza de la energía oscura es ahora. Venus era la clave,
según el astrónomo Edmund Halley. Este se dio cuenta de que mediante la
observación de los tránsitos desde lugares estratégicos de la Tierra, debería ser posible
triangular la distancia a Venus usando los principios del paralaje.
Figura 1.- Imagen del disco solar que muestra el planeta Venus en su tránsito del 5 de junio de 2012. El planeta aparece como una mancha negra circular en la parte superior izquierda del disco.
Los tránsitos de Venus se encuentran entre los eventos
astronómicos predecibles más infrecuentes, pues a grandes rasgos ocurren según
un patrón que se repite cada 243 años, con un par de tránsitos separados por 8
años entre sí y por más de un siglo del siguiente par.
Este será el último tránsito del siglo XXI por lo que ningún
ser humano vivo hoy podrá verlo otra vez, salvo que naciera antes del 5 de
junio de 2012 y durara más de 120 años. El tránsito anterior del par tuvo lugar
el 8 de junio de 2004 y el próximo ocurrirá en 2117.
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