¿Qué geógrafo en su verdadera condición, no conoce al menos algo sobre la vida y la obra de Karl Ritter? ¿Quién no ha escuchado hablar de Friedrich Ratzel, Rudolf Kjellén y Karl Haushofer? Seguramente habrá muchos que no, sin embargo es impensable que alguien no haya escuchado alguna vez el término Geopolítica e incluso otro que causa temblores y dolor de cabeza en mucha gente, lebensraum (espacio vital). Pues de Ritter a Haushofer en su papel de geógrafos, la Geopolítica nació como expresión del momento histórico que les tocó vivir, en una Europa donde los imperios se repartían colonias por el resto del mundo y como una visión científica que buscaba el vínculo entre la concepción socio-económica y política del Estado y la evolución inherente a las ciencias biológicas.
Figura 1.- De izquierda a derecha, Karl Ritter, Friedrich Ratzel, Rudolf Kjellén y Karl Haushofer.
La obra más conocida de Ritter, Die Erdkunde im Verhältnis zur Natur und Geschichte des Menschen (Las ciencias de la Tierra en relación a la Naturaleza y a la Historia de la Humanidad), fue escrita entre 1817 y 1859, formada por 19 volúmenes en los que desarrolló con una amplia extensión el tema de la influencia del medio físico en la actividad humana. El modelo orgánico del Estado, de Ritter, se considera el soporte del término lebensraum (espacio vital), propuesto por Ratzel, que se refiere a la vida del Estado como un proceso de lucha constante
por la supervivencia, que conduce a una selección natural. Kjellén (1864-1922), define la Geopolítica como la ciencia que establece la relación entre el Estado y su territorio. Karl Haushofer, brillante geógrafo y militar alemán, aprovechó estos conceptos y los redefinió. Uno de sus hijos, Albrecht; llegó a ser el número dos de la diplomacia alemana y coautor del Pacto Ribbentrop-Mólotov.
Figura 2.- Reparto de Europa oriental entre Alemania y la Unión Soviética, de acuerdo a las cláusulas secretas del Pacto Ribbentrop-Mólotov y las fronteras reales a partir de los sucesos bélicos de 1939.
Pero los geógrafos no son quienes dictan finalmente la política por muy influyentes que sean sus ideas, como no sea que resulten electos presidentes o primeros ministros. Y por otra parte aunque estos conceptos fueron ampliamente expuestos en el mundo académico y político europeo y el nazismo los aplicó hasta su derrota militar; fueron otros quienes los llevaron a la práctica con mayor éxito y aún los mantienen vivos y renovados. Cierto es que más que el espacio vital, hoy es el control económico de las transnacionales, las tecnologías avanzadas, las patentes y los recursos energéticos, los que determinan la Geopolítica moderna. Pero no debemos olvidar que esos recursos están en determinados espacios y aunque los Estados no buscan hoy expandir su territorio para albergar a su creciente población, sino aplicar medidas de control de la natalidad, como en China, sí buscan controlar esos recursos y enclaves estratégicos desde el punto de vista militar y comercial.
Figura 3.- Crimea de color rojo en el mapa, fue recientemente anexada a Rusia en un proceso rechazado por el gobierno central de Ucrania y gran parte de la comunidad internacional.
La anexión de Crimea a Rusia y la fractura de Ucrania en Repúblicas independientes es una clara evidencia de cómo se mantienen las mismas prácticas de los mismos viejos imperios. Por su parte el surgimiento del Estado Islámico y las intervenciones de Estados Unidos en Irak y la OTAN en Libia, es un ejemplo de cómo las cosas pueden salirse de control, cuando se quieren aplicar las mismas ideas a regiones completamente diferentes. Con el anuncio de que Estados Unidos se acaba de convertir en el primer productor mundial de petróleo y produce el 90 % del crudo que consume, se abre un nuevo capítulo en la Geopolítica mundial. Ya no es la potencia desesperada que busca conseguir a toda costa petróleo en el Medio Oriente o África. Veremos cómo se mueven las fichas del tablero en los próximos años.
Figura 4.- Producción de petróleo de Estados Unidos y Arabia Saudí desde 2004 a 2014. Producción por países seleccionados en 2014. Fuente: El País
Finalmente si crees que todo eso empezó con Ritter y la idea del Estado como un organismo que necesita espacio vital; deberías leer El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo.
“Dedíquese, pues, el príncipe a superar siempre las dificultades y a conservar su Estado. Si logra con acierto su fin se tendrán por honrosos los medios conducentes al mismo, pues el vulgo se paga únicamente de exterioridades y se deja seducir por el éxito. Y como el vulgo es lo que más abunda en las sociedades, los escasos espíritus clarividentes que existen no exteriorizan lo que vislumbran hasta que la inmensa legión de los torpes no sabe ya a qué atenerse.ˮ
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