Han pasado poco más de dos meses desde mi última
entrada y muchas cosas han cambiado desde entonces, en el panorama tropical del
Atlántico. Después de un explosivo comienzo con dos tormentas nombradas en el
mes de mayo y dos más en junio, cuando se alcanzó el récord de la fecha más
temprana para la llegada de la cuarta tormenta con nombre; en julio la
temporada ciclónica en el Atlántico se vio frenada en seco literalmente, debido
en gran medida a la persistencia de una gran masa de aire cargada de polvo del
Sahara que invadió el océano. En agosto la actividad ciclónica dio un golpe de
timón y se disparó igualando el récord de 8 tormentas con nombre para un mes,
lo que elevó la cifra total hasta 12, incluyendo seis huracanes. Ese frenético
ritmo se ralentizó en septiembre, justo cuando debería producirse el pico de la
actividad ciclónica, sin embargo las dos tormentas que se formaron, dejaron
bastante de qué hablar cuando Michael se convirtió en el primer huracán de gran
intensidad en la temporada y Nadine en uno de los ciclones tropicales más
longevos de la historia con 21.75 días, dando vueltas por el océano abierto
pellizcando las Azores. Finalmente los primeros días de octubre vieron pasar
volando la tormenta tropical Oscar, que tan pronto se formó fue capturada por
la misma baja extratropical que dio al traste con la larga vida de Nadine.
Figura1.- Huracán Nadine, uno de los más longevos ciclones tropicales de la historia, en el pico de su intensidad el 30 de septiembre de 2012.
Por
lo tanto cuando faltan casi dos meses para que finalice la temporada ciclónica
de 2012 en el Atlántico, ya tenemos un total de 15 tormentas con nombre y 8
huracanes, lo cual es una cifra superior a la media de los pronósticos emitidos
por la mayor parte de los centros internacionales, de 12 tormentas y 6
huracanes y significativamente mayor que el pronóstico de Cuba que apostaba por
un total de 10 tormentas nombradas. Aún la cifra se mantiene en el rango que
propuse en mi entrada del 4 de junio de 13 a 15 tormentas, sin embargo con las
condiciones actuales, me inclino a pensar que también seré víctima de una
testaruda temporada ciclónica.
Figura 2.- Evolución de las anomalías de la temperatura superficial del mar en el Pacífico ecuatorial, región Niño 3.4. Fuente: Wunderground
La
causa de tanto pesar, es posible que se encuentre en el juego de las escondidas
que mantiene el evento El Niño en el Pacífico ecuatorial. Cuando la mayor parte
de los modelos dinámicos sugerían que se desarrollaría entre agosto y
septiembre, El Niño solo asomó la cabeza y las aguas del Pacífico se
calentaron, hasta 0.8 ºC
por encima de la media en agosto para caer nuevamente en septiembre y comenzar
octubre con cerca de 0.2 ºC
lo cual está de lleno en la neutralidad. El promedio de julio, agosto y septiembre
está alrededor de 0.5 ºC,
que es justo el límite entre las condiciones del Niño y las condiciones
neutras. Por consiguiente podemos esperar que la temporada ciclónica de 2012
siga haciendo de las suyas y se lleve por delante los más eufóricos pronósticos.
Feliz jornada a todos
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